
La historia… de la CHET ATKINS TENNESSEAN
Publicada: 10/12/20La historia… de la CHET ATKINS TENNESSEAN.
Pues esta guitarra tiene su historia particular y, valga la redundancia, particularmente bonita.
Cuando estábamos grabando en Mojave el disco “Rebeldes y Rebeldes”, de Carlos Segarra en el año 2007, yo andaba más que enamorado con la idea de comprarme una Gibson Les Paul Deluxe; las que encontraba no me gustaban, bien por precio o bien por estado. La grabación se estaba alargando más de lo esperado, cosa que siempre ocurre por más que uno tenga claro los tiempos y la agenda, y como suele ser normal, el presupuesto hacía semanas que había pasado a la historia.
En cualquier caso la estábamos disfrutando ampliamente. Las canciones eran muy buenas, los músicos de los mejores, y por mi casa pasaron algunos de los mejores cantantes y artistas de rock de este país. En fin.. una delicia.
Pero lo cierto es que yo comenzaba apurarme un poco por el tema de la entrega del álbum a la compañía. Así que empecé a echarle más horas que un reloj para poder acabar dentro de un periodo razonablemente fuera de fecha; cosas que pasan.
Una mañana Carlos bajó al estudio para comenzar la sesión del día, y cuál fue mi sorpresa cuando se planta delante de mí y me dice:
-Hermano, a ver si te quito la cara de agobio que llevas encima y te doy una alegría.
Abrió el estuche que llevaba con él, la guitarra no había hecho acto de presencia durante la grabación, con lo cual yo ni sabía de su existencia, y me suelta:
-Esto es para ti, Carlitos. No es una Les Paul, no es dorada y no es una De Luxe; pero es una maravilla de guitarra que quiero que te quedes.
Podéis imaginar mi cara...
Mi emoción fue tremenda, en ciertos momentos soy extraordinariamente blando, y este sin duda fue uno de ellos. Por supuesto me cambió la cara, el ánimo, y desapareció cualquier rastro de nada que no fuese felicidad, asombro y gratitud.
Carlos Segarra es un hombre a quien el corazón no le cabe en el cuerpo. No tiene nada suyo, y la pasión desmedida que derrocha cada día hace que sea como es. Para todo. Mucho sigo queriendo a este tipo. Mucho.
A la guitarra le hice unas modificaciones para que se convirtiese en una compañera fiel durante discos, giras etc. imprescindible en multitud de canciones y conciertos.
Habrá alguien que dirá: ¿cómo se te ocurrió cambiarle algo, si era un regalo?
Sencillo. Las guitarras las quiero conmigo, quiero tocarlas, vivirlas y usarlas. No me interesa colgarlas en la pared, no soy coleccionista. No quiero verlas; quiero vivirlas. Y en una funda no respiran, más bien al contrario. Se mueren de pena.
¡Y poco más!
Aquí sigue conmigo, sabiendo ella, sabiendo yo, y sabiendo Carlos, que no hay dinero en el mundo para intentar comprármela. Ciertas cosas tienen un valor tan alto que es imposible calcular su precio. Al menos para mi.
- Carlos Goñi.